Pasaba cada día por delante y me paraba a contemplarlo por unos instantes. Me alegraba de ver que cada día seguía esperándome igual que el día anterior, pero como todo en la vida, comenzó a deteriorarse con el paso del tiempo, poco a poco se formó una grieta, las palabras se borraban o aparecía algún trozo sesgado,... hasta que hoy en día ya no queda nada de lo que fue, ya no existe. Por suerte, y gracias a la fotografía, no se perderá en el olvido y cada día que quiera podré volver a mirarlo igual que la primera vez.
Es lo que tiene este tipo de arte urbano tan interesante, tan rebelde y reivindicativo a veces y otras veces simplemente arte por el arte, pero siempre es tan efímero que invita a inmortalizarlo para que no se pierda en ese saco sin fondo que es el olvido.
Calle Condal, Barcelona, 26.01.2009 - STREET ART |
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